Hemos tenido la suerte de poder gozar de muchos espectáculos maravillosos con «Sabor a Plazuela» pero si tuviéramos que destacar uno, este sería el elegido.
Esta aparición no es una más, es la muestra de que conseguimos romper fronteras con el flamenco. La aparición de Sabor a Plazuela en la Catedral de Tánger y el Palais Kabbaj de Rabat marca un antes y un después en la historia de la zambomba jerezana.